Dios Padre: Mi Amor vencerá el mal y el odio.

Mi queridísima hija, Mi Amor, cuando es aceptado por ti puede producir grandes frutos. Pero cuando es rechazado por el hombre esto resulta en una tierra marchita. Sin Mi Amor no hay vida, ni alegría, ni paz. Cuando Mi Amor es sentido por el hombre, crea gran asombro, admiración y un sentimiento de profunda gratitud en el alma de la persona, a quien se le ha concedido este Don.

Mis queridos hijos, cuando experimentan amor en cualquier forma por otro ser humano, este es Mi Amor que sienten. Sólo puede venir de Mí porque Yo Soy Amor. El Amor es un Regalo y ustedes deben aprovecharlo cuando lo sientan agitarse dentro de su corazón. Para aquellos que aceptan Mi Amor, sepan que Yo los llenaré con más de Mi Regalo cuando lo compartan con aquellos, a quienes no se les ha concedido este favor.

Mi Amor vencerá el mal y el odio. El amor aniquila el odio, ya que el maligno, la espina clavada en el costado del hombre, es incapaz de ello. Cuando dices que Me amas, entonces debes luchar muy duro para evitar que el odio, de cualquier tipo, manche tu alma. Si Me amas, perdonarás a tus enemigos porque los verás como Yo los veo. Esto requiere perseverancia de tu parte y disciplina, lo que te impedirá herir a otra persona, ya sea verbal o físicamente.

Cuando permitas que Mi Amor fluya por tus venas, sentirás completa paz y libertad. Esto es porque no sentirás malicia, ni ira, ni venganza, ni rencor contra otro hijo Mío. Este es el Regalo de Mi Amor en su forma más pura. Acéptalo de Mí recitando esta oración.

Oración de cruzada (168) Por el don del amor de Dios

Oh queridísimo Padre,

Oh, Eterno,

Dios Altísimo,

Hazme digno de Tu Amor.

Por favor, perdóname por herir a los demás y por cualquier mala acción,

que haya causado sufrimiento a alguno de Tus hijos.

Abre mi corazón para que pueda acogerte en mi alma, y límpiame de cualquier odio que pueda sentir contra otra persona.

Ayúdame a perdonar a mis enemigos y a sembrar las semillas de Tu Amor dondequiera que vaya y entre aquellos con quienes me encuentro cada día.

Dame, querido Padre, los Dones de la Perseverancia y la Confianza, para que pueda sostener Tu Santa Palabra y así mantener viva, en un mundo oscurecido, la Llama de Tu Gran Amor y Misericordia.

Amén.

Hijos, por favor consuélense sabiendo que Yo los amo a todos ustedes, no importa quienes sean, cualesquiera que sean los pecados que hayan cometido y si Me maldicen o no. Mi Amor por ustedes es incondicional.

Debo, sin embargo, separar a aquellos que están tratando de cegar a Mis hijos a la verdad de su salvación, de aquellos que son de Mí. Si Yo no interviniera, muchos se perderían para Mí y Yo no estoy dispuesto a sacrificar almas a aquellos que, a pesar de todos los esfuerzos de Mi Parte, Me rechazarán en el día final.

Te pido que pongas toda tu confianza en Mí y mantengas cerca de ti Mi Sello de Protección, en cualquiera de sus formas. La lucha ya ha comenzado y Yo haré justicia castigando a los que intentan destruir a Mis hijos.

Nunca olvides Quién Soy Yo. Yo Soy el Principio y el Fin. Todos los que vienen a Mí encontrarán la Vida Eterna. Permíteme llevarte a la seguridad y a una vida gloriosa en unión con Mi Voluntad. Revelaré el Nuevo Paraíso en Mi Propio Tiempo y deseo que muestren paciencia. Vivid vuestras vidas en armonía con los demás. Cuidad de vuestras familias como antes. Venid a Mí en vuestras iglesias como antes. Pero, siempre recuerden que la Verdad, la Verdadera Palabra de Dios, nunca puede cambiar porque Yo Soy la Verdad. Yo nunca puedo cambiar, porque eso nunca puede ser.

Te quiero. Te bendigo. Te protejo.

Tu Padre amoroso

Dios Altísimo